Comentario a Lectura Biblica del Viernes de la Decimocuarta Semana del Tiempo Ordinario- P.Julio Gonzales C. ocd

12.07.2013 09:50

Lecturas bíblicas

a.- Gn.46,1-7.28-30: Jacob se encuentra con José en Egipto.

b.- Mt. 10, 16-23: Predicción de persecuciones.

En este evangelio, Jesús anuncia a sus discípulos la persecución y muerte por su causa. El anuncio, corresponde la realidad de la Iglesia del tiempo de Mateo, que ya habían conocido los cristianos, las persecuciones y cárceles, llevados a los tribunales. Los Hechos de los Apóstoles, personifica en Pablo, el odio de los judíos por los cristianos. Ya era conocido el decreto, año 70, del judaísmo por el cual se excomulgaba a los judíos de la Sinagoga a todos los que confesaran a Jesús como Mesías. La imagen del lobo y la oveja las conocemos (v.16), los falsos profetas, aparecen en el rebaño con piel de oveja (cfr. Mt. 7, 15). Jesús invierte la imagen: envía a los apóstoles como inocentes ovejas en medio de lobos, como indefensos ante su ferocidad. Paradojalmente, el Reino de Dios se testimonia desde la debilidad, tanto en Jesús, como en sus discípulos (cfr. 2Cor. 12,9). Jesús, invita a la prudencia de la serpiente y la sencillez de la paloma, frente a los hombres, es decir, a los impíos, aquellos que no creen en Dios (cfr.Gén.3,1; Mt. 8, 27; 10, 32; 16, 23). Deben contar con el peligro serenamente, pero no buscándolo con torpeza, ni lanzarse a él con osadía insensata; se requiere prudencia, intuir lo conveniente y necesario.Ser sencillos, significa ser sinceros y sin doblez, ni simples o ingenuos, sino hombres que buscan a Dios, sin ventajas de pretensiones terrenales, los ayudará a mantenerse firmes en la tribulación y dar testimonio de Dios. Los apóstoles deberán guardarse de la gente hostil a la fe, la naturaleza y la voluntad humana rebelde, especialmente de los judíos, principales destinatarios de su misión evangelizadora. Tendrán que enfrentar los tribunales, sufrir los azotes, y vérselas con las autoridades de la sinagoga y gobernadores romanos y los reyezuelos de la familia de Herodes. Tendrán que hablar y dar testimonio de su fe en Jesucristo, por ÉL,  están ahí, incluso cuando se les acusa y condena, se les desestima y perseveran fieles. Su testimonio es admirable manifestación de la gloria de Dios en la pequeñez y debilidad humana. Si la intención es dar testimonio de la fe que profesan, será el Espíritu Santo, quien inspirará la palabra oportuna; ÉL es el Abogado, el Consolador, de los cristianos que los custodiará en todo momento. El que habita en el corazón del cristiano, el Espíritu Santo, hablará desde lo interior, con sabiduría que confunda a los jueces (cfr. Hch.6,10). La persecución y el odio, penetrará en la propia familia, lo único que queda es la perseverancia infatigable, que será premiada con la salvación eterna (cfr.Mt.10,34-36;Miq.7,6). Estas palabras han sido admirablemente verificadas en el testimonio de los mártires de todos los tiempos. Con prudencia deberán huir de un lugar a otro si son perseguidos, como cuando no eran escuchados, no buscando el peligro, sino ser cautos. El Espíritu Santo que les ayudó en los tribunales, los consolará con su venida, será la última palabra para su vida. El Hijo del Hombre vendrá  para el día del Juicio final, pero viene también en la tribulación, cuando desaparece toda esperanza humana, viene a los suyos y salva a los suyos

La Santa Madre Teresa de Jesús, nos invita a llevar en alto la cruz, como oficio propio de hombres y mujeres de oración. “Así, los contemplativos han de llevar levantada la bandera de la humildad y sufrir cuantos golpes les dieren sin dar ninguno; porque su oficio es padecer como Cristo, llevar en alto la cruz, no la dejar de las manos por peligros en que se vean, ni que vean en él flaqueza en padecer; para eso le dan tan honroso oficio. Mire lo que hace, porque si él deja la bandera, perderse ha la batalla; y así creo que se hace gran daño en los que no están tan adelante, si a los que tienen ya en cuento de capitanes y amigos de Dios les ven no ser su obras conformes al oficio que tienen.” (CV 18, 5).