Comentarios a las lecturas del Lunes de la Duodecima Semana del Tiempo Ordinario - P.Julio Gonzales C. ocd

24.06.2013 08:45

Lecturas bíblicas

a.- Gn.12,1-9: Abrán marchó como le había dicho el Señor.

b.- Mt. 7, 1-5: El juicio. Sácate primero la viga del ojo.

Estos proverbios tienen un trasfondo, el principio de la retribución, cimentado en una norma de paridad: lo que hagas a otro, lo mismo te harán a ti. El que juzga y mide las obras y acciones del ser humano es Dios. ¿Podríamos resistir nosotros el juicio o la medida de Dios, tal como lo hacemos con nuestro prójimo? Las Escrituras manifiestan constantemente la culpabilidad del hombre, pero además, la recomendación de no hacerlo, buscando caminos de comprensión, perdón y misericordia. Tendemos por naturaleza a enjuiciar, lo que lleva a condenar. Jesús prohíbe juzgar al prójimo en vista de no ser juzgados con rigor. Quien juzga, se atribuye un derecho que no tiene, con lo que queda remitido a esa medida que usó con el hermano, la misma sentencia que Dios único Juez, pronunciará sobre él. Jesús convierte la conducta con el prójimo, el perdón, como la norma con que actúa Dios con nosotros; sólo quien perdona al prójimo, puede esperar perdón de Dios (cfr. Mt.6,12.14s). La medida que usamos con el prójimo, la usará Dios con nosotros (cfr. Sant. 2,13).  En el tiempo de Jesús, se hablaba de la medida legal y de la bondad o de misericordia. Él nos juzgará por la medida, que nosotros usemos en esta vida. La medida de los fariseos, era muy dura con el pecador a quienes condenaban sin piedad, pero Jesús, manda a hacer todo lo contrario, no juzgar (cfr. Mt. 9,12-13; Lc. 7, 40ss; 15,2). Pablo, no olvida esta enseñanza y habla con frecuencia del temor de ser juzgado, para todos es necesaria la conversión (cfr. 1Cor. 4, 4; 9, 26-27; 2 Cor. 5,11). El significado de la doctrina sobre el juicio y la medida, se explica con el proverbio de la paja y la viga. Su significado es claro: la deuda que el hombre tiene con Dios es enorme, por su infidelidad y pecados, pero también, en lo que se refiere a la gracia; somos deudores de nuestro prójimo. Si a Dios no podemos pagar una deuda enorme, así y todo somos perdonamos por ÉL. ¿No seremos capaces de perdonar la pequeña deuda que el prójimo tiene con nosotros?  Las críticas, y corregir faltas ajenas, es como juzgar. En ese juicio no notamos las debilidades propias, sólo las del hermano; la invitación de Jesús es a corregir primero las propias debilidades, y luego ayudar al hermano. La hipocresía consistirá en querer parecer mejor de lo que realmente somos. Debemos reconocer, que seremos siempre deudores de Dios, pero podemos remediar en parte, esta situación no sólo evitando el pecado, sino siendo auténticos colaboradores de Dios y de su plan de salvación personal.

Teresa de Jesús quiere una comunidad de hermanos y hermanas donde se respete al otro y se le ayude a crecer. “Pues procuremos siempre mirar las virtudes y cosas buenas que viéremos en los otros, y tapar sus defectos con nuestros grandes pecados. Es una manera de obrar, que  aunque luego no se haga con perfección  se viene a ganar una gran virtud, que es tener a todos por mejores que nosotros, y comiénzase a ganar por aquí con el favor de Dios, que es menester en todo; y cuando falta, excusadas son las diligencias, y suplicarle nos dé esta virtud, que con que las hagamos [Dios] no falta a nadie.” (V 13,10).