Lectio Divina - Jueves Sexta Semana de Pascua - P. Julio Gonzales C. ocd

09.05.2013 16:44

 

Lecturas bíblicas:

a.-  Hch. 18,1-8: Fundación de la Iglesia en Corinto.

Nos encontramos a Pablo en Corinto. Célebre ciudad por su puerto, pero conocida además por su libertinaje moral. Aquí nace una floreciente comunidad cristiana, pero la que más disgustos y sufrimientos tuvo que vivir el apóstol. La narración de Lucas, se centra en la predicación del evangelio entre los gentiles. Encuentra una familia que lo acoge y le da trabajo (vv.1-2). Los sábados, predica en la sinagoga y cuando llegan, Silas y Timoteo, aumenta su trabajo, responde a la hostilidad de los judíos, Crispo, jefe de la sinagoga, se convierte al Evangelio, lo que trae otras conversiones (vv.5-9). Este texto, nos habla de cómo se fue enraizando la vida cristiana en esta ciudad, y de la expulsión de Roma de los judíos decretada por Claudio, lo que motivó la conversión de Aquila y Priscila, y por esos caminos de Dios llegaron a  Corinto, y encontraron a Pablo.

b.-  Jn. 16, 16-20: Jesús anuncia su pronto retorno.

Este evangelio nos presenta unas palabras de Cristo algo oscuras de comprender: “Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver” (v. 16). Se trata de los acontecimientos que se acercan: su pasión, muerte y resurrección. Jesús desaparece ante sus ojos durante el tiempo de la Pasión y muerte, para volver en su Resurrección, a encontrarse con ellos. La frase habría que entenderla entonces entre el tiempo de la Ascensión y su retorno en el día del juicio final. Otra lectura, es comprender esta frase que se refiere a la muerte y resurrección de Jesucristo, su exaltación o subida al Padre, la venida del Espíritu Santo y la nueva creación llevada a cabo por Jesús, es decir, la nueva condición del hombre redimido y santificado, partícipe de la intimidad divina en  la vida trinitaria. Las preguntas que surgen en los apóstoles, hacen que Cristo aclare sus palabras: había anunciado su camino hacia el Calvario, el Hijo del hombre, sería arrestado, maltratado y muerto, pero, al tercer día resucitará (cfr. Mc. 9, 9). “Dentro de poco…”, era una frase común en quien tenía un visión de futuro, judíos y cristianos, confiesan un fin del mundo, no sabiendo, eso sí,  cuándo sucederá. Los mismo profetas, Jesús, Juan en el Apocalipsis, usaron este lenguaje (cfr. 6,1). Jesús está anunciando lo que sucederá en el futuro, no lejano, tiempo antes del juicio definitivo, es el tiempo del Espíritu, y de la Iglesia, tiempo de Dios que va desde la Ascensión hasta su venida gloriosa. Los apóstoles, algo atrevidos, se creían con el derecho de saber todo, cómo serían esas cosas, de ahí, que terminen diciendo: “no sabemos lo que quiere decir” (v. 18).  Ahora todos comprendían que esos días serían tiempos revueltos de tribulaciones y persecuciones, preludio de las alegrías mesiánicas, la imagen de la mujer que da a luz refleja ese momento duro, pero breve. Si los apóstoles hubieran sabido lo que significaba subir al Padre, como Jesús que lo vivió, estarían tranquilos, pero sabemos, que todo comienza por comprender el misterio de la persona de Jesús.  Tarea nuestra es aprender a conocerlo y cuanto más le conozcamos mejor comprenderemos nuestro tiempo y la actitud de fe de tantos y mujeres que permanecen fieles, a pesar de lo vivimos en la Iglesia y fuera de ella.

Santa Teresa de Jesús,comprende el misterio de la Trinidad desde un amor a la palabra de Dios, guiada por la acción del Espíritu Santo con la recta interpretación de la Iglesia. “El martes después de la Ascensión, habiendo estado un rato en oración después de comulgar  con pena, porque me divertía de manera que no podía estar en una cosa, quejábame al Señor de nuestro miserable natural. Comenzó a inflamarse mi alma, pareciéndome que claramente entendía tener presente a toda la Santísima Trinidad en visión intelectual, adonde entendió mi alma por cierta manera de representación, como figura de la verdad, para que lo pudiese entender mi torpeza, cómo es Dios trino y uno; y así me parecía hablarme todas tres Personas, y que se representaban dentro en mi alma distintamente, diciéndome que desde este día vería mejoría en mí en tres cosas, que cada una de estas Personas me hacían merced: la una en la caridad y en padecer con contento, en sentir esta caridad con encendimiento en el alma. Entendí aquellas palabras que dice el Señor: que estarán con el alma que está en gracia las tres divinas Personas, porque las veía dentro de mí por la manera dicha.” (Rel. 14, 1).